Los efectos a largo plazo de las lesiones personales graves suelen ser más devastadores que los efectos más inmediatos. En la mayoría de los casos, los efectos a largo plazo limitan alguna facultad en la persona. Por ejemplo, si la persona sufrió un accidente automovilístico y como consecuencia perdió una pierna por amputación, esta persona se verá limitada el resto de su vida a movilizarse con normalidad.
Por su gravedad inmediata y posterior, estas consecuencias a largo plazo deben tenerse en cuenta al determinar los daños en un caso de lesiones personales. Las consecuencias a largo plazo pueden ser cualquier combinación de efectos físicos, cognitivos, emocionales o conductuales.
Algunos ejemplos comunes de efectos a largo plazo son:
- Problemas de concentración, excitación, atención, lentitud
- Dificultad con el habla, la comprensión del lenguaje, la búsqueda de palabras
- Pérdida de memoria
- Fatiga y trastornos del sueño
- Problemas con el juicio o la planificación
- Impedimentos visuales
- Habilidades motoras disminuidas
- Pérdida o deterioro sensorial
- Disfunción sexual
- Irritabilidad, ansiedad y depresión.
- Comportamiento inapropiado.
- Estrés en las relaciones
- Dependencia química y muchos otros problemas.
Cualquiera de estas consecuencias puede conducir a mayores dificultades económicas en el futuro. Por lo tanto, al generar un reclamo de compensación por lesión personal, tus abogados deben luchar por conseguir la compensación que cubra todos esos gastos a futuro. Recuerda que al presentar tu reclamo la aseguradora y la contraparte querrán desvalorizar los daños, por lo tanto es necesario tener suficiente evidencia médica sobre las secuelas producidas por la lesión.
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